SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Gobernación, tiene sus raíces, a causa de las malas condiciones de trabajo, la inseguridad en los empleos, la falta de prestaciones y en la explotación de horarios de los trabajadores del país, que trajo consigo la Revolución Mexicana. Es por lo anterior, que al asumir la presidencia de la República el General Lázaro Cárdenas del Río, hizo patente su intención de dar mayores seguridades a los empleados públicos.
En 1935 no existía sindicato alguno que defendiera a los trabajadores de esta Secretaría. Las arbitrariedades de las autoridades hacia sus empleados continuaban y en defensa de dicha injusticia, decidieron organizarse, aunque no lo hicieron en un solo grupo. El primero fue la “Organización de Trabajadores de los Tribunales para Menores y Establecimientos Conexos”, dirigido por José María Victoria Arenas; el cual pugnó porque se estableciera una ley que, además de reconocerle a los empleados públicos iguales derechos, pusiera en sus manos armas efectivas para defenderlos, entre ellas, el derecho de huelga y la integración de in tribunal de Arbitraje que interviniera en los conflictos que se pudieran suscitar entre funcionarios y trabajadores para impartir justicia.
El segundo grupo fue la “Alianza Revolucionaria de Trabajadores de Gobernación”, integrada principalmente por trabajadores de los talleres de las escuelas de Prevención Social, Archivo General de la Nación, Diario Oficial, entre otros. El tercer grupo fue la “Unión Nacional de Empleados de Gobernación” encabezado por la ciudadana Thais García. En él se agruparon los empleados que habían prestado sus servicios en los anteriores gobiernos, afiliándose a esta Unión la mayoría de las secciones foráneas.
El 8 de enero de 1937, empezó a correr en la Secretaría de Gobernación, el rumor de que una gran parte de los trabajadores serían dados de baja. Situación común cada principio de año, ya que, en esa época, los trabajadores tenían nombramientos abiertos, por tanto, podían ser despedidos en cualquier momento. Ante un posible cese pasivo, los trabajadores decidieron defender sus derechos, así como sus empleos, por lo que armaron un mitin en el patio de la Secretaría para protestar por los despidos, organizándose para ir a Palacio Nacional a ver al presidente Lázaro Cárdenas y reclamar sus derechos, a las autoridades que procedían arbitrariamente.
Todo el personal de la Secretaría abandonó sus puestos de trabajo y se lanzó al patio de Abraham González a protestar en contra de esta injusticia. Se formaron diversos grupos pequeños, uno de ellos fue el que encabezaba la ciudadana Thais García que, aunque pequeño y compuesto en su mayoría por mujeres, fue muy combativo. Fue tal la resistencia que opusieron los trabajadores que el jefe del administrativo salió a decirles que había un malentendido y que no se estaba despidiendo a nadie ya que las renuncias no eran para los empleados en general, sino de jefes de departamento para arriba.
Por primera vez en mucho tiempo los empleados de la Secretaría de Gobernación encontraron eco en sus demandas, con base en una gran resistencia y lucha sindical, consiguieron un gran triunfo, el primero en muchos años de lucha. Habían encontrado el camino; había nacido el sindicato como defensor de los derechos de los trabajadores. Los empleados al conocer la posición de las autoridades, volvieron a sus labores. Después de este día tanto las autoridades como los trabajadores se dieron cuenta de la importancia, así como la necesidad y la fuerza de una organización sindical.
Debido a los hechos ocurridos a principios del año 1937, el presidente Lázaro Cárdenas, ordenó que se iniciara la elaboración de un proyecto de ley que protegiera los derechos de los servidores del Estado, fundamentándose en la estabilidad de los empleos. Este trabajo se denominó “Proyecto de Acuerdo a las Secretarías de Estado y demás Dependencias del Poder Ejecutivo Federal sobre el Estatuto Jurídico de los Trabajadores al Servicio del mismo” y fue enviado a las Cámaras el 23 de junio de 1937. El 27 de septiembre de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas promulgó el “Estatuto de los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión” y el 5 de diciembre del mismo año, fue publicado en el Diario Oficial, naciendo así, a la vida jurídica de México, como una positiva garantía para los servidores públicos.
Con el Estatuto se establecían entre otras reglamentaciones: las horas de trabajo y los descansos legales, el pago de salarios, las obligaciones de los Poderes de la Unión con sus trabajadores, las obligaciones de los trabajadores, la creación de sindicatos; el derecho de huelga y su procedimiento de intervención ante el Tribunal de Arbitraje; los riesgos profesionales y las enfermedades profesionales. Es decir, una serie de disposiciones que constituían la defensa efectiva de los trabajadores del Estado.
El triunfo obtenido a principios de 1937, generó nuevas posiciones en los trabajadores de la Secretaría de Gobernación en cohesionarse y crear, de esta manera, un solo sindicato que los defendiera a todos ellos y que negociara con las autoridades. Por consiguiente, en septiembre de 1937 los líderes de los dos principales grupos que existían en la Secretaría de Gobernación, sostuvieron algunas pláticas y tomaron la decisión de unificarse en beneficio de todos los empleados de la Secretaría.
El 8 de septiembre, lanzaron una convocatoria a los empleados de la Secretaría de Gobernación para asistir a una Asamblea General en la Biblioteca de la misma el día 13 de septiembre de ese mismo año; fecha en que se unificarían los dos grupos, dando lugar a la creación del “Sindicato Único de la Secretaría de Gobernación” conformado por, Secretario General: Jorge de la Parra; Secretario del Interior: Pedro Martínez Montaño; Secretario del Exterior: Arcadio Ojeda García; Secretario de Trabajo y Conflictos: Salvador Villalobos; Secretario de Educación y Problemas Culturales: Abelardo Apango; Secretario de Actas y Acuerdos: Angélica Machiavello; Secretario de Estadística y Finanzas: Rafael Cotera; Secretario de Organización, Propaganda y Prensa: Profesor Rafael Correa.
Una vez unificadas las principales fuerzas internas y consolidadas las conquistas económicas y sociales fundamentales de los trabajadores, el Sindicato de Gobernación se inició en una nueva etapa que implicaba no sólo conservar y ampliar lo conseguido en varias décadas de lucha. El 31 de octubre de 1939, se iniciaron los trámites para el registro del “Sindicato Único de Trabajadores de Gobernación” y para el 2 de febrero de 1940, el Tribunal de Arbitraje, le otorgó su reconocimiento con número de registro RS-13. El recién creado Sindicato desde un principio empezó a desarrollar medidas que permitieran su consolidación, buscó reagrupar a todos los trabajadores en torno a él olvidando las diferencias y estableció los estatutos internos de la agrupación.
Para marzo de 1965, el “Sindicato Único de Trabajadores de Gobernación”, cambió de nombre porque “consideraban que su acción alcanzaba a trabajadores cuyas comisiones son desempeñadas en diversos estados de la República por lo que el nombre más adecuado para la agrupación, era el de “Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Gobernación” y a su vez se formularon nuevos estatutos.
Desde su nacimiento, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Gobernación, a través de su rica historia, ha tenido una amplia participación y gran afluencia en el desenvolvimiento sindical, sin lesionar intereses y con base en la unidad de todos los trabajadores en torno a una idea en común: la superación. En este sentido de ideas, esta organización sindical ha buscado mejorar las condiciones de trabajo de sus agremiados y familiares. Su intervención ha sido trascendente en la vida nacional por pertenecer a una Secretaría Política que se compromete y se solidariza con las metas, los programas y las directrices nacionales que permiten un mayor bienestar social.
Por otro lado, como organización de trabajadores, según su acta constitutiva, ha planteado ideales y convicciones, las cuales se han mantenido no solo desde ese primer momento sindical, sino que continúan hasta la fecha: vigilar la correcta aplicación de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y pugnar por la vigencia de las Condiciones Generales de Trabajo de la Secretaría de Gobernación que permitan cada vez más opciones de seguridad social y económica, así como mejores condiciones laborales para el trabajador.
Así es como nuestra organización sindical, seguirá en constante lucha hasta obtener sus reivindicaciones sociales, económicas e ideológicas.